El Jordán de Sajonia ha sido para mí la respuesta del cielo a un momento particularmente especial de mi vida. Bien dice San Pablo que  “Dios dispone de todo para el bien de quienes le aman” y creo firmemente que esta palabra se cumplió en mí, cuando la Providencia Divina me trajo a esta bella casa y me incorporó a esta gran familia.
Siento una gran alegría y un inmenso orgullo al decir que trabajo en este reconocido colegio porque lo que para muchos es un sueño para mí ahora es una realidad.